HUGO:
Ya te escuché Paco, veo que vuelves a insistir con eso de la teología, pero te voy a repetir que Dios no está con los sabios ni con los entendidos de este mundo, sino con la gente sin cultura como yo, quienes tenemos nuestra fe y nuestras buenas obras. Dios dice que con eso tengo más que suficiente, y por lo tanto no hay necesidad de esos estudios teológicos que tú reclamas. Por favor ten cuidado, no puedes ir en contra de la voluntad de Dios. ¡Conócela antes de hablar!
PACO:
Mira Hugo, lo que recién dices me servirá para darte un ejemplo de la importancia del ejercicio teológico independiente, en contraste con el hábito de adoptar opiniones de otros sin antes pensarlo más de dos veces.
HUGO:
Lo que te dije está escrito en la Biblia, que es la Palabra de Dios, no puedo estar equivocado. ¿Cómo podrías contradecirla y pretender tener la razón?
PACO:
Lo que yo leo en la Biblia es que tanto a los sabios como a los entendidos les falta mucho para llegar a conocer la voluntad de Dios. Por lo que te pregunto: ¿quién es un sabio o un entendido?, ¿acaso será aquel que afirma saber algo sin tener ninguna duda? Entonces, mi estimado amigo Hugo, ¿qué es lo que recién estás haciendo? ¿No es acaso afirmar, sin asomo de duda, que conoces la voluntad de Dios y aseguras saber lo que Él dice? Y enseguida afirmas con quién está y con quién no está. ¿No serías tú quien deba tener cuidado y estudiar con profundidad antes de hablar?
HUGO:
Estás tergiversando el significado bíblico, ¡me preocupa mucho tu alma Paco! Ten mucho cuidado pues así es como el demonio utiliza la inteligencia humana para desviar a la gente del camino recto. El castigo será muy duro para ti, más te valdría que te hundieras en lo profundo del mar con una gran piedra de molino atada al cuello.
PACO:
Sugiero que lo tomes con calma Hugo, de pronto tu reacción no parece ser consistente con aquello que dijiste de tus “buenas obras”. Tan sólo quisiera que reflexionaras sobre tus afirmaciones, aseguras conocer lo que significa el texto bíblico, y además, al parecer, afirmas que los sujetos mencionados en el texto tienen por referentes, hoy en día, a las personas que estudian teología. ¿No te parece que eso es pretender saber demasiado? ¿No te parece que te estás colocando justo en el lugar de un sabio y entendido?
HUGO:
Tú sabes, Paco, que mi invitación siempre estará ahí para estudiar la Biblia contigo, y para que te acerques a Dios por medio del arrepentimiento. Yo, y mis hermanos en la iglesia, estamos con los brazos abiertos para ayudarte a reconocer lo monstruoso de tu orgullo. Recuerda que tu salvación es lo más importante.
PACO:
¿Dices que mi salvación es lo más importante? Pero, ¿acaso no dice Jesús que quien busque salvar su vida, la perderá? A mí me parece que quien necesita ayuda espiritual eres tú, pues tu doctrina no parece ser la correcta.
LUIS:
Saludos a ambos, los he estado escuchando desde hace rato, y me parece que ambos hacen lo mismo con el texto bíblico: afirman que el significado del texto apoya su punto de vista, pretenden poner al texto de su lado para que así puedan juzgar al otro como un hereje. Quizá desconocen que se puede justificar casi cualquier opinión con base en lo escrito en pasajes de la Biblia —de hecho así parece haber sucedido a lo largo de la historia del cristianismo. En el pasado, la tensión entre ortodoxia y heterodoxia ha llegado a grados desproporcionados. El tema es enorme, ¿no les gustaría revisar a fondo la historia de los cristianismos y de su enorme diversidad? Quizá eso pueda ayudarles a desaprender su religión, y para volver a formar sus opiniones pero con bases más amplias.
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