Un comentario general a partir del tema del artículo: Physicists Are Philosophers, Too:
Sí, de acuerdo: la filosofía natural, que ha devenido en las ciencias naturales contemporáneas, es también una manera de filosofar; una manera que pone al racionalismo y al empirismo en dos de los tres lugares centrales de la cosmovisión científica. Pero las ciencias actuales no pueden entenderse sin su tercer pilar: el escepticismo. Sin este pilar —tal como ocurre con el fuego si una de sus causas (calor, combustible y oxigeno) es removida del caso— la ciencia se extingue; es decir, sin el cultivo de la duda no hay ciencia.
Por lo que denostar los excesos de la filosofía incluye, además, denostar los excesos no de la ciencia sino de la malinterpretación de la ciencia como dogma perpetuo. El desatino de algunas denostaciones de la filosofía, quizá, está en tomar a la filosofía como algo que ofrece respuestas y cierra las cuestiones, mientras que su gran valor consiste en aportar preguntas y mantener abiertas las cuestiones.
En todo caso, lo prudente es conocerse a uno mismo, y a las meras opiniones personales, a través de la autocrítica. De otro modo, sin la actitud de averiguar cuán abiertos tenemos los ojos al actuar, tan sólo quedamos expuestos a hacer un grotesco ridículo. Pero, debe quedar claro, ese ridículo sólo es problema para quien no tiene disposición para equivocarse, para aprender y para cambiar.
Además, la mayor parte de cuestiones en ciencia permanecen abiertas, eso es un indicio de que las ciencias son también una manera de filosofar.
Sin tomar ningún partido ideológico sino sólo aquel de la reflexión autocrítica, remito un curioso fragmento donde el Dr. William Lane Craig menciona algunos presupuestos de las ciencias, mismos que cualquiera debe tener presentes antes de tropezar con los mismos excesos que alguien como el Dr. Peter Atkins pretende denostar en contra de, en ese caso, el ejercicio teológico: http://youtu.be/cJrMFv6QoX0
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