Una nota abierta a todos los que buscan un nuevo y mejor mundo:
No faltan personas que buscan organizarse para lograr algún cambio social. En la unión está la fuerza, se dice. Hay grupos que intentan lograr diversos cambios sociales; algunos buscan menos de lo mismo, otros más de lo mismo o alguna mezcla particular, y lo habitual parece ser que la humanidad esté unida y dividida en su diversidad de perspectivas. Para otros la indiferencia define, en los hechos, su posición real. Cualesquiera sean los objetivos de sus esfuerzos, la efectividad de un grupo depende en buena medida de las destrezas de sus miembros y no del exterior; es decir, de lo endógeno y no de lo exógeno. Yo pertenezco a un grupo que se llama especie humana y que habita en la biósfera del planeta Tierra, y para aportar a la efectividad de este grupo intento discernir los tipos de cambios que hacen falta. Uno de esos cambios consiste no en persuadir a los demás para que acepten determinada idea, sino en persuadirme yo mismo de la importancia de la destreza para cambiar mi propia mentalidad.
Si hay una educación que nos salvará, como no pocos dicen que la hay, es aquella que sirva para identificar y corregir el error propio.
Un relato dice:
«Le preguntaron a Napoleón cómo organizaba a los ejércitos que lo llevaron a conquistar el mundo conocido de su época. Napoleón respondió que era simple: un soldado puede ser inteligente o tonto, y puede ser holgazán o entusiasta.
Al inteligente y entusiasta lo nombro capitán de batallón pues sabe qué hacer y puede reunir a las tropas para hacerlo.
Al inteligente y perezoso lo nombro general pues también sabe qué hacer pero no desperdicia energía en algo que no es necesario hacer.
Al tonto y perezoso lo nombro soldado raso.
¿Qué pasa con el tonto y entusiasta? A ese lo fusilo antes de iniciar la batalla.»
Entonces, quizá, al buscar un nuevo y mejor mundo debemos evitar el estorbo que representa la combinación entre entusiasmo y necedad. En particular si ponemos nuestras facultades individuales al servicio de intereses colectivos. Sí, de acuerdo, la unión hace la fuerza, pero no sólo se necesita unión por sí misma sino también inteligencia. Sugiero, para conquistar un nuevo mundo en los términos del relato, que las computadoras realicen el trabajo del capitán de batallón y del soldado raso, y los humanos hagamos el trabajo del general. Para lograr eso se requiere practicar la ciencia y el arte de pensar de manera crítica, creativa y empática.
En otras palabras, si alguien decide poner sus facultades al servicio de alguna de tantas agrupaciones que buscan un nuevo y mejor mundo, entonces por favor evite la combinación exceso de entusiasmo y necedad.
Algunas agrupaciones que buscan un nuevo y mejor mundo, entre muchas otras:
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